martes, 2 de abril de 2013

Carta de un enamorado anónimo.

Yo no puedo pretender merecer su corazón, 
usted ya tiene dueño y ese no soy yo,
yo sólo puedo tenerla en mis sueños 
y de aquella ilusión es de la que me alimento.

No sabe usted la envidia que siento de aquel afortunado
que sostiene su mano, no estoy hablando por hablar
no estoy pretendiendo que con mis palabras 
usted logre fijarse en mi, simplemente le estoy diciendo la verdad.

No pretendo engañarla diciéndole que la envidia que siento
es envidia de la buena, eso ni siquiera existe
o que quisiera arruinar su relación, sabiendo que le va muy bien,
después de todo usted es feliz con la persona que ama, 
siempre trato de ser sincero y claro
y más cuando se trata de sentimientos.

Usted no sabe lo que siento cuando él la besa con pasión
y le despierta los sentidos, es un instinto asesino, 
me convierto en psicópata, algunos prefieren llamarlo celos, 
y si es así como se sienten los celos, pues le confieso que soy celoso.

Quisiera ser yo quien la abraza
quien le seca las lágrimas y le saca sonrisas,
quisiera estar tan cerca de usted,
que el aire que respiremos sea sólo uno.

Pero sabe, creo que es mejor callar 
y enviarle esta carta anónima 
prefiero seguir queriéndola y deseándola en silencio,
bastantes heridas tengo ya como para matarme con otra más.