"- ¿Y tú quién eres? -preguntó al poeta-

- Un trozo de armadura perforada 

por una espada llamada mujer.

-contestó mientras le sonreía a la muerte-"

Yair González.

"No es fácil describir el sentimiento cuando alguien te falta, tampoco es fácil cuantificar la falta que te hace; pero lo más difícil siempre será no saber qué hacer con el espacio vacío."

Terminado lo que teníamos que decir, caminamos un momento juntos mientras yo solo deseaba sus labios, me preguntaba si era adecuado para el momento, sin embargo estoy cansado de pensar tanto en mis decisiones; me detuve y pedí una última cosa, sonrió como si por telepatía ya lo supiera y vaya que nos iba bien en ese aspecto; se acerco a mi con tanta dulzura como siempre, me tomo entre sus brazos, la bese y la abrace sin quererla soltar, prefería quedarme junto a ella. Caminamos un poco mas, me tomo de su mano y me hizo sonreír con algo que dijo que no olvidare; nos detuvimos, al despedirnos nos quedo un beso, un abrazo, un te amo y una historia que recordaremos.

Hoy la luna está incompleta, está a media luz, a media mirada, a media compañía y a media soledad, sin embargo me muestra su sonrisa para provocar la mía; ella sabe que hay muchos más que al otro lado de la ciudad están como yo, observándola, extrañando a alguien y recordando momentos.