martes, 13 de mayo de 2014

Memorias confusas de un asesino.

Era una tarde oscura y lluviosa, de cuyo mes no puedo recordar, sentí un escalofrío que me puso los pelos de punta y un viento que me susurraba al oído unas palabras que nunca entendí y que hasta hoy son todo un misterio para mi, sin embargo sabía que debía hacer algo pero nunca supe qué.

Me acompañaba una mujer, muy hermosa por cierto, cabello color negro que le llegaba hasta donde la espalda deja de ser, en la zona lumbar, ojos color marrón que hipnotizaban como la luna que se sujeta en el cielo al final de cada mes, de baja estatura pero perfecta en mi opinión, delgada con curvas bien definidas en las cuales yo conducía hasta desbordarme, perder el control y chocar. Si me preguntan por su nombre no podré decirles nada, no lo recuerdo, esa tarde fue demasiado confusa y poco es lo que logro recordar, y de mi vida sólo tengo pequeños fragmentos que al instante olvido, 
es como tener muchas preguntas pero pocas y confusas respuestas; lo único seguro es que, aquella mujer tenía que ver con lo que yo era. 

Como solía hacerlo siempre en tardes frías y lluviosas me sentaba en el estudio de aquella casa, prendía un cigarrillo, uno tras otro y bebía copas de vino hasta que la botella quedara vacía o hasta que la lluvia terminara. La mujer que antes mencione también solía acompañarme en aquellos días, pero ese día decidió no hacerme compañía por razones que desconocía. 


En la escena se encontraba presente otra persona, un tercero entre aquella doncella y yo, un hombre que al parecer no me agradaba mucho, lo odiaba hasta con las ganas que no tenía, quise que se fuera, que me dejara a mi y a la mujer con piel delicada y de color cálido en paz, pero él siempre estaba ahí, esperando aprovechar la situación para que yo cortara lazos con aquella mujer o que nuestra relación flaqueara; quise que muriera, lo pensaba todas las noches, era un instinto asesino que se apoderaba de mi cuando yo recostar mi cabeza sobre la almohada e intentaba quedar profundamente dormido, soñaba con hacerlo, planeaba como hacerlo, pero suponía que nunca lo había hecho. 


Estaba sentado en el estudio y andaba algo distraído, de repente escuche un golpe que me trajo de nuevo a este mundo. El sonido era muy similar al de un objeto cayendo al suelo, el ruido me hizo saltar y reaccione; en seguida, me pare de aquella silla y sentí como si hubiera hecho algo antes de que el ruido me hiciera entrar en razón pero no podía recordarlo. Me dirigí hacia donde el ruido había estallado, subí escalón por escalón y al ir subiendo me daba una visión más clara del lugar. Cuando supere el último escalón observe mucha sangre en el suelo, seguí el rastro que me guío hasta una habitación y encontré a aquella mujer derramando sangre por montones, por todos lados y a su lado, un cuchillo. Me sorprendió aquella imagen y no supe que hacer, me quede quieto, paralizado y sin palabras.


Minutos después de aquella imagen, la cabeza me empezó a dar vueltas, me costaba mantenerme en pie y de nuevo el viento me susurro al oído pero una vez más no pude entender sus palabras. Mire mis manos y estaban bañadas en sangre, aquello se me hacía inexplicable, no había tocado el cuerpo sin vida de aquella deseada mujer, ni siquiera me había acercado a ella, al instante, a mi mente venían recuerdos borrosos, recuerdos recientes. Todo es muy confuso para mi, yo sólo se que tuve una vida y ahora no sé donde esta, ni siquiera puedo recordarla con claridad. 

En lo que podía recordar, observaba como paso tras paso mientras cruzaba el pasillo que llevaba a la habitación en donde se encontraba aquella mujer, la veía suplicar por su vida y a su vez la veía morir mientras le propinaba fuertes puñadas en el pecho, al darme cuenta de la situación y cuando mi mente se despejo un poco supe que quien le había arrebatado la vida a aquella mujer había sido yo, me inundo una gran tristeza por lo ocurrido; me di vuelta, me tope con un espejo y allí estaba aquel tercero que tanto odiaba, poco a poco la tristeza se convirtió en ira hasta que resolví acercarme al lugar de la muerte, tome el cuchillo entre mis manos y lo enterré en mi pecho, al instante lo solté y caí al lado de la hermosa dama fría. 


Por fin mi gran deseo había sido cumplido, aquel hombre había muerto aunque me hubiese costado mi propia vida. Sin embargo la sonrisa no tardó en aparecer en mi rostro pues ya no se interpondría en mi camino para llegar a la doncella con la que esperaba encontrarme en mi recorrido al más allá. 

viernes, 2 de mayo de 2014

La deseo, muchísimo, tanto que con solo verla de lejos me entran las ganas de acercarme y besarla hasta dejarla sin aire, abrazarla por la espalda y respirar sobre su cuello, acariciar su delicada piel y saciarme hasta el éxtasis, enredar entre mis dedos su cabello y perderme en su mirada, rosar su boca con mis dedos y nunca soltarla, pero ese es el punto, está lejos y por lo tanto ella ya se soltó de mi deseo.

jueves, 1 de mayo de 2014

Entre tu y yo hay una complejidad que nos divide y un sentimiento que nos une, una mirada y unas ganas que nos marcan, un pensamiento constante y una sonrisa que nos calma, un extrañarnos a infinidades y un abrazo reconfortante, un dulce gesto y un comernos a besos.