jueves, 25 de julio de 2013

¿Qué tan duro tiene que ser el golpe para poder llorar? Eso me pregunto yo esta noche fría de luna llena, donde los cigarrillos, la cerveza y las ganas de derramar lagrimas sobran. Escuche alguna vez que si lloras por algo, es porque en verdad te importa, es porque en verdad duele. En verdad me importan las razones y en verdad duelen esas razones para esparcir lagrimas en la almohada pero que por alguna razón no deciden partir de mis ojos, rodar por las mejillas y que en el suelo, se junten para formar un río. Los nudos en la garganta ahorcan, me ahogan para dejarme casi sin aliento para poder respirar. ¿Qué tan duro tiene que ser el golpe para desatar tantos nudos reprimidos en la garganta? ¿Qué tan duro tiene que ser el golpe para que mis lagrimas decidan partir?